Hermanas y hermanos de nuestra Patria argentina,
En este tiempo cercano a la Navidad brilla la figura de Jesús.
Ese niño tan nuestro nos habla de un Dios que está cerca, que quiere acompañar nuestras luchas y sanar nuestras heridas.
Somos pastores en medio de nuestro pueblo, con vocación de dialogo, y conocemos sus sufrimientos, angustias y esperanzas. A pesar de tantos fracasos y desilusiones, este pueblo
bueno sigue esperando.
Puede sonar extraño en este contexto difícil, pero en Navidad queremos invitarlos a la alegría. La alegría profunda y verdadera. La alegría que viene de Dios. La alegría de los pobres que a pesar de todo siempre encuentran algo para celebrar y agradecer. La alegría de las familias que, como la de Jesús, María y José, siguen siendo espacios de consuelo y contención.
Jesús, Príncipe de la Paz, nos ayude a ponerle el hombro a nuestra Patria; porque no dejamos de soñar con una Argentina donde reine el amor a la vida, a la verdad y a la justicia.
Gracias, muchas gracias a todos los que eligen superar el individualismo y optan por la generosidad y el servicio, porque es la opción que hizo Jesús desde la Navidad y hasta dar la vida, sin guardarse nada.
Que Dios nos bendiga para poder empezar un año mejor.
Mensaje de la 189º Comisión Permanente
Conferencia Episcopal Argentina
Buenos Aires
15 de diciembre de 2021